Aparte de las ya sabidas actividades de esquí en, Sierra Nevada podemos encontrar algo bastante atípico trineos lapones.
A tres mil metros de altitud desde Borreguiles a Cubillas. Doce perros ‘alaskanos’ entrenados por un equipo de diez ‘mushers’ trazan el recorrido sobre los límites del Parque Natural, donde verás el paisaje de la Vega de Granada, la estación de esquí o la cara norte del Veleta
Detalles de la ruta
- Accesos: Inicio en la estación de Esquí de Sierra Nevada, en Borreguiles. Se accede por la carretera de Sierra Nevada, a 25 minutos de Granada.
- Duración: Treinta minutos.
- Recorrido: Borreguiles, Cauchiles y regreso.
Mapa de la ruta
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Los visitantes se acercan curiosos para observar otra forma diferente de disfrutar de la nieve. Se trata de la ruta panorámica en trineo tirado por perros nórdicos, un ‘paseo por las nubes’ de treinta minutos de duración que transcurre por Borreguiles y Cauchiles.
La ruta se inicia junto a la zona de Borreguiles, a donde se accede subiendo en el telecabina Al Andalus desde la Plaza de Pradollano. La conexión entre Granada y la estación es sencilla: 32 kilómetros a través de la carretera más alta de Europa, ampliamente mejorada con motivo de la celebración de los campeonatos del mundo celebrados en 1995. Una vez en Borreguiles, el viajero se dirige a pie hasta las cercanías del Restaurante Nevasol, donde los visitantes aguardan para iniciar el trayecto y tener así la posibilidad de contemplar un bello y novedoso paisaje de Sierra Nevada.
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Un equipo de 200 perros de trineo que desde el año 1995 realizan el trayecto. La idea de poner en marcha esta atracción turística llegó a Granada de manos de Francisco Marruenda, director de la empresa de aventuras y musher -conductor de trineos- profesional: en el año 2000 fue el primer europeo clasificado en la competición mundial de trineo de perros en Laponia y Canadá.
El granadino planteó la posibilidad de entrenar a un equipo de perros para ofrecer paseos en trineo en el Parque Nacional. La Iditarod, la prueba más importante del mundo del mushing y madre de todas las carreras, incrementó el interés por la actividad entre la población y la iniciativa fue acogida con entusiasmo por los visitantes. Desde entonces, cuatro trineos ofrecen servicio a los viajeros, aunque hay otros cuatro preparados por si la demanda es mayor.
Los trineos y los musher
Los trineos lapones, cubiertos con pieles de reno, son de madera, aluminio u otras fibras sintéticas, pero en ningún caso resultan peligrosos para los perros, el musher y los clientes. Todos están equipados con freno y ancla, y en su interior tienen espacio suficiente para que quepa de manera holgada un perro estirado.
Además de los populares perros de tipo nórdico, los cruces con perros de caza (denomina dos alaskanos) e incluso ejemplares de estos últimos puros, que son más rápidos aunque menos resistentes, forman parte del equipo. Los alaskanos ofrecen un paseo diferente, ya que poseen la particularidad de correr a galope tendido. Rápidos, inquietos, alargados y fibrosos, una docena de estos animales pasean a cuatro adultos por trineo, aunque el deporte es apto para los dos sexos y todas las edades, incluso para los más pequeños. Los clientes suelen repetir cada año y los niños no olvidan los nombres de sus perros favoritos.
Según los expertos, lo fundamental para la buena marcha del atalaje es la perfecta sincronización entre el tripulante del musher y el jefe de tiro, situado a la cabeza y que debe obedecer ciegamente las órdenes que se le dan en una suerte de lengua franca derivada del esquimal.
El equipo de diez mushers guía la ruta a 3.000 metros de altitud desde Borreguiles a Cauchiles, recorrido que se afronta en 30 ó 40 minutos, en función del estado de la nieve. La Virgen de las Nieves, la Vega, Granada, la estación, las sierras que rodean la montaña y la cara norte del Veleta son algunos de los parajes que se contemplan en el transcurso de la ruta. La fuerza del trayecto no reside tanto en la distancia del recorrido nevado, como en el encanto de las montañas y en la idiosincrasia de los viajeros de multitud de países que deciden participar en la aventura, una travesía que contempla valores ligados a la naturaleza.
Los movimientos indicados por el conductor son inmediatamente aceptados por los animales, situados en la cadena de arrastrar de acuerdo con su fuerza, resistencia y capacidad de sacrificio. Al finalizar cada ruta, los mushers alimentan y atienden personalmente a sus animales, teniendo para ellos las deferencias propias del lugar que ocupan en la jerarquía de la jauría. Mantener la armonía de los animales es la única garantía de que al día siguiente sortearán los obstáculos de la forma más económica y tranquila posible.
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El origen del mushing
Los expertos afirman que el término ‘mushing’, tal como se le denomina a la dupla hombre-perro unidos por un trineo, proviene de los gritos que daban los conductores franceses -‘M-a-a-r-r-che’-, a sus perros para apurar la marcha. A los pobladores ingleses de Canadá les sonaba algo así como mush, y de ahí surgió el término musher para denominar a los corredores.
Hasta principios del siglo XX los pueblos nómadas del gran Norte utilizaban a los perros de trineo para desplazarse de un lugar a otro mejor para su supervivencia.
La velocidad no era lo importante, sino la capacidad de arrastre. Con los avances tecnológicos, los perros de trineo se han sustituido por motos de nieve, y se hubieran extinguido si no se hubieran descubierto sus posibilidades en el campo deportivo. Actualmente se puede disfrutar de diversas carreras de media o larga distancia donde lo importante es la resistencia. La velocidad al máximo nivel domina en las carreras de sprint.
Trineo nórdicos en Sierra Nevada
Summary
Excursión en trineo con perros en Sierra Nevada
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