De nuevo llega el invierno, la fugaz estación de las cascadas de hielo. Es el momento de prepararnos y hacer planes para procurar que la primavera no nos sorprenda con nuestro libro de piadas personal en blanco.
Hay que ir pensando en afilar nuestras melladas herramientas, comprar la ropa necesaria o esa pieza que falta o que es necesario sustituir en nuestro arsenal de glaciaristas e ir planificando la temporada.
Desde finales de noviembre o principios de diciembre habitualmente podemos comenzar a rodar por terreno alpino en zonas altas del Pirineo y del Sistema Central, pero las Navidades suelen ofrecernos las primeras oportunidades de acercarnos a las cascadas de hielo. Bien, pero, ¿dónde ir este invierno?
Afortunadamente contamos en la península con una buena colección de zonas que, por su variedad, y salvo condiciones excepcionalmente desfavorables, nos permite elegir objetivos variados a lo largo de la temporada. Vamos a repasar algunas de estas posibilidades.
Cascadas e hielo peninsulares
Benasque
Algunos lo llaman el Chamonix del Pirineo. Bueno, salvando las distancias, Benasque cuenta con una serie de atractivos que no deben pasar desapercibidos para el escalador de cascadas.
Tras períodos de frío intenso podemos encontrar cascadas muy accesibles, como La Ruda o Los Cursillistas. Siguiendo la carretera de Cerler, la cascada del Bom es de visita obligada y el vecino sector Ardonés nos ofrece además una interesante colección de vías de dry tooling, quizá la más importante de nuestro país en la actualidad.
Las cascadas de Aigualluts, con una aproximación un poco más larga, suelen estar en condiciones gran parte de la temporada (ojo al peligro de avalancha). Si el tiempo o las condiciones no nos acompañan, siempre podemos escalar en el rocódromo cubierto de la Escuela de Montaña o echar un vistazo a las novedades de material en las excelentes tiendas.
En el bar La Compañía encontraremos el mejor ambiente de escalada, así como toda la información necesaria y croquis de la oferta glaciar de la zona. Además cuenta con una excelente compañía de guías (de ahí el nombre del local) que ofrece cursos y escaladas guiadas.
El Berguedá
Sin grandes pretensiones, esta es posiblemente la zona de cascadas más clásica de Catalunya, a la que se llega por la carretera del túnel del Cadí, desviándonos en Guardiola de Berguedá hacia Saldes y desde donde podemos tomar una pista que conduce al refugio Lluis Estasen, que es una excelente base, especialmente por su proximidad a las cascadas del Pedraforca y porque allí encontraremos la información necesaria.
Desde el refugio podemos acceder a cascadas clásicas como la Columna del Verdet, la cascada del Arbre o la Columna Berguedá, junto a la cual podremos encontrar además varios itinerarios de dry-tooling.
Para acceder al otro sector, la Cinglera de Costa Freda, deberemos coger el coche en dirección a Guardiola de Berguedá hasta el Hostal Pedraforca y tomar la pista de los Pilones. Tendremos más probabilidades de encontrar en condiciones la clásica Cascada de Venus, en el extremo izquierdo de la pared. Celestí es igualmente recomendable, pero la parte inferior no siempre se forma.
Bielsa
Bielsa es otra de nuestras citas obligatorias de invierno. En la boca norte del túnel casi siempre encontraremos alguna de sus cascadas en condiciones, pero lo más interesante está en el lado sur.
Lástima que cascadas como Ponte el Neopreno o Sueño del Agua, situadas justo a la derecha de la boca sur del túnel, requieran condiciones especiales de frío para formarse, pero sus 200 metros de escalada disfrutona hacen que merezca la pena ser pacientes y esperar el momento adecuado para venir a hacerlas.
Alejándose del túnel hacia el sur, a ambos lados de la carretera encontraremos una amplia selección de escaladas de no menos belleza, muchas de ellas abiertas por el activo Xavier Teixidó.
Si el entorno junto a la carretera no te satisface, en las proximidades de Bielsa encontramos una colección de diferentes valles, algunos todavía poco conocidos, que esconden una excepcional variedad tesoros helados.
Los valles de Barrosa, Trigoniero, Chisagües y el propio valle de Pineta podrían proporcionarnos material suficiente para escalar toda la temporada si las condiciones de muchas de sus cascadas no se limitaran a los períodos de frío más intenso.
Boí
Le toca el turno a un lugar privilegiado: el valle de Boí. Aquí es posible escalar en hielo prácticamente toda la temporada, aunque es necesario estar atento a que las condiciones sean propicias para poder disfrutar de las mejores.
En los alrededores de la presa de Cavallers, popular en verano para la escalada en roca, podremos deleitarnos con las más que recomendables Polaris, Antartic, Islandis o Husky.
Si las condiciones lo permiten, Roques Negres, debajo de la presa, reúne varias cascadas recomendables como la Columna Dórica, Yukon al Ron o La Pera D’Or. Los amantes del dry-tooling también tienen donde elegir, ya que en el valle se encuentran, entre otras, las célebres Welcome to Tijuana y Mutant.
No vamos a perdernos en una descripción detallada de la zona, ya que tenemos toda la información necesaria en una excelente guía de Conrad López y Xavi Metal, que también podrán proporcionarnos escaladas guiadas o cursos de escalada en hielo a través de la Escola Catalana d’Esports de Muntanya, en Pont de Suert.
Izas y Canal Roya
Se trata de dos vecinas con características diferentes. Mientras que en la Canal Roya tenemos prácticamente aseguradas las condiciones, en Izas no siempre es posible escalar.
Para aproximarnos a la Canal Roya, remontaremos el tristemente famoso valle de Espelunciecha, antes de llegar al collado del Portalet. Tras dos horas andando o con esquís podremos degustar sus dos clásicas joyas Os Diaples de Panti y Enajenación Mental, de más de 100 metros de longitud.
Para el valle de Izas, sin embargo, tomaremos la pista del Coll de Ladrones, a la salida de Canfranc y andaremos una hora. Aquí nuestro objetivo será, sobre todo, Histoire de l’Eau, uno de los itinerarios glaciares más bellos de esta parte del Pirineo, con más de 300 metros de dificultad moderada.
También es imprescindible escalar la encajonada Cascada Nôtre Dame o, si las condiciones lo permiten, la mítica Colgada, de grado 5+, la más difícil de este valle. Las reseñas las encontraremos en el libro Escalando en Hielo y Nieve por el Pirineo Aragonés, de Javier Lasala que se puede encontrar en Amazon.
Gavarnie
Sería ideal contar con una zona de cascadas de calidad que estuviera habitualmente en condiciones desde principios de diciembre hasta bien entrado abril.
Pues bien, ¡la tenemos!. ¿Dónde? Ese es el problema. El Sector Mitológico de Gavarnie nos ofrece una selección de trece cascadas de hasta 200 metros de altura que casi siempre están en condiciones.
Podríamos estar hablando de una gran meca de las cascadas si no fuera por su localización, en lo alto del circo de Gavarnie, con una larga aproximación y a menudo amenazado por el riesgo de avalanchas de sus pendientes superiores.
Para escalar aquí podemos utilizar como base el refugio de Serradets, al cual podemos acceder desde Bujaruelo en unas 3 horas. Desde aquí tenemos una hora más hasta las cascadas, aunque estos tiempos pueden variar en función de las condiciones de la nieve.
También podemos llegar después de escalar alguna de las cascadas del muro inferior de Gavarnie (si las condiciones lo permiten) y remontar la pendiente de nieve intermedia. El ambiente salvaje de esta franja de roca festoneada de hielo azul hace más que recomendable reservarle un hueco de varios días en nuestra agenda invernal y encontraremos una buena descripción en la guía de Gavarnie, de José I. Gordito y Joan Quintana.
Gredos
Gran parte de los alpinistas de la zona centro se han formado como tales en los corredores y cascadas de la sierra de Gredos.
El Circo de Gredos constituye el principal foco de atracción pero, aunque de desarrollo más reciente, el Circo de la Nava atesora algunas de las mejores cascadas de nuestro país, como la mítica Er-hustión, primer grado 6 de la zona centro. Flash, Icemal, Ice-Paradise, Canava Dry, Jamón con Chorreras o Estoy Desidrahartao nos proporcionarán la variedad necesaria para pasar un agradable fin de semana en este poco frecuentado circo. No existe refugio, por lo que para pernoctar es necesario hacerlo por medios propios.
La aproximación, con condiciones normales de nieve, se hace en dos horas desde una pista que parte junto a una cruz de piedra a la salida del pueblo de Nava del Barco, accesible desde el Barco de Avila. En el número 126 de Desnivel aparece un artículo de Máximo Murcia con una útil guía práctica.
Neila
Conviene tener presente como posibilidad el visitar la sierra de Neila. Por su localización, esta interesante zona de Burgos suele ser más visitada por madrileños y vascos, pero a veces ofrece buenas condiciones cuando en el Pirineo no las hay.
No vamos a entrar en muchos detalles ya que es posible encontrar bastante información en el número 206 de Desnivel. Quizá cabe destacar el gran número de pequeñas cascadas, muy solicitadas para los que buscan su iniciación en la escalada en hielo, aunque también existen cascadas de hasta dos largos, algunas de ellas de cierta dificultad y exposición.
Sierra Nevada
Como el sur también existe, si visitamos Granada podemos plantearnos una visita a alguna de sus dos principales zonas: el nacimiento del río Alhorí y la Laguna de la Mosca.
Al encontrarse a gran altura, alrededor de 2.700 m., suelen estar escalables hasta mediados de abril. Entre las dos zonas reúnen una docena larga de itinerarios de dificultad mediana y baja. Sólo un aviso, las aproximaciones son de espanto (más de tres horas para la primera y casi cinco para la segunda).
Los detalles los encontraremos en la Guía de las Cascadas de Hielo de España. Si no dispones de tanto tiempo, junto al Albergue Militar de Sierra Nevada, cerca de Prado Llano, se forma habitualmente una cascada llamada “de los Militares” de escaso interés.
Tarna
A caballo entre Asturias y León tenemos otra cita con el hielo en los circos de Moneu y Requexada. Esta zona, que vió la luz a principios de los 90 de la mano de los hermanos Oltra y de otros escaladores principalmente asturianos, mantiene un relativo anonimato fuera de su área local.
Desde el puerto de Tarna, próximo al de San Isidro, la aproximación nos llevará entre 45 minutos y 1 hora y media según el sector al que nos dirijamos, y contaremos con unos 30 itinerarios de dificultad moderada de entre 10 y 120 metros.
La conocida guía de la Cordillera Cantábrica de Miguel Angel Adrados contiene información suficiente para visitar la zona, y podremos completarla en la página web del guía leonés Cristino Torío.
Trevinca
Para finalizar, otro lugar poco conocido. Perdido en las montañas colindantes entre Castilla-León y Galicia se encuentra un pequeño circo, en la vertiente norte de Peña Trevinca, conformando la cabecera del valle de las Fervenzas.
Esta zona, desconocida para la mayoría de los escaladores de la península, es visitada casi exclusivamente por escaladores gallegos y leoneses. Aquí podemos encontrar unos pocos itinerarios de calidad, aunque por la influencia del clima atlántico, sólo están en condiciones en épocas de mucho frío.
La gran clásica y primera que se escaló es Pídenos Permiso (III-4, 105 m.), visible en el extremo izquierdo del circo, con una sucesión de resaltes de dificultad moderada, aunque la estrella del valle es Xelo’s Fiestra (III-4+, 90 m.), con un primer largo bastante vertical que termina en una cueva de hielo desde donde se acomete un segundo largo más corto.
Si estamos de suerte, podemos tener la ocasión de escalar Fervenza Free (III-5, 75 m.), una de las más verticales, justo a la derecha de Xelo’s Fiestra.
De estas cascadas se baja fácilmente andando hacia la derecha. Completan la oferta otras cascadas más pequeñas como Divine (II-3, 30 m.)en el lado izquierdo, Orgasmo Senil (II-4+, 15 m.), en la parte inferior derecha, o Terminator 3 (IV-4, 85 m.), recorrido aleatorio de tres largos con una salida en nieve y “matojo-tracción”.
Esta lista de lugares, sin ser exhaustiva, puede servirnos para alimentar nuestra imaginación y planificar algunas de nuestras escapadas de este invierno. Además de las referencias incluidas arriba, se puede encontrar información adicional en otros números de Desnivel y en el libro de las Cascadas de Hielo en España, por José I. Gordito y Joan Quintana.