Enclavado en el macizo montañoso de Sierra Nevada entre las andaluzas provincias de Granada y Almería, al lado de picos de la talla del Veleta (3.393 metros), o el Alcazaba (3.371 metros), se alza el Mulhacen, el techo de Andalucía y de la Península. El conjunto que componen las montañas de este macizo, ha sido declarado por la UNESCO Reserva de la Biosfera, además de Parque Natural, por si todo esto fuera poco, aquí se encuentra una de las estaciones de esquí más populares de nuestro país, y desde luego la más meridional de Europa.
Escalando el Mulhacen
La vertiente norte del Mulhacen, es desde hace mucho, la vía de ascensión más utilizada por los aficionados al alpinismo, el recorrido tipo suele partir del pueblo de Guejar Sierra, situado en la falda del macizo, en una cota realmente baja con respecto a la cima. Es esta una vía de subida que carece de cualquier tipo de refugio en todo su recorrido, lo cual dificulta la marcha un poco, sobre todo a los principiantes, nada proclives a dormir en tienda, al raso.
Una vez que llegamos a la terraza que forma la llamada, laguna de la mosca, a unos 3.000 metros aproximadamente, encaramos la verdadera pared norte, el tramo más complicado de nuestra ascensión, se trata de un corredor central que atraviesa la totalidad de la pared, aquí la meteorología manda, si estamos en época invernal, conviene evitar cualquier complicación añadida. Un adecuado material de escalada nos ayudará y es muy recomendable atacar durante las horas centrales del día, y bajo una estabilidad climatológica total, las granizadas, nevadas y rachas de viento en los días adversos pueden llegar a ser formidables.
Si nuestra intención es efectuar una subida suave, para coronar la cima fácilmente y sin excesivas complicaciones, entonces nos acercaremos por el oeste, por las poblaciones de Trevélez o Capileira, desde aquí podemos ascender hasta los refugios de Poqueira, o el de Caldera, para encarar así descansados el último tramo de ascensión, el llamado circo de la caldera. Un llamativo vértice geodésico nos va a dar la bienvenida en la cima, este mojón nos ofrece una serie de datos estadísticos, – coordenadas geográficas y horarias, está asentado sobre unas losas de roca y contiene una placa conmemorativa del centenario del enlace, hispano-argelino, la panorámica, espectacular.
En resumen, la cima más elevada sobre el nivel del mar en la península no es una ascensión excesivamente difícil, aún por su cara norte, la más complicada supuestamente, pero sí que conserva todo el encanto de una curiosa ruta en un entorno magnifico.