La escalada de grandes paredes comenzó, naturalmente, en las montañas europeas hallá por los años 30.
Después de que las cimas más importantes fueran escaladas, el nuevo objetivo eran las escarpadas y, a menudo, extraplomadas paredes de los Alpes y Dolomitas. Ejercían una atracción magnética sobre los amantes de lo extremo.
Ya en los años 30, Comici y Cassin atacaron la vertiginosa caliza de las Dolomitas con cientos de clavos de acero dulce, que se adaptaba bien a las enrevesadas fisuras y agujeros de la roca calcarea. Estos pitones fueron abandonados para los futuros ascensionistas.
Escalado grandes paredes en los 40 nuevas técnicas con ecasez de material
Durante la Segunda Guerra Mundial se abrió un paréntesis en la escalada. El metal escaseaba y los escaladores jóvenes eran requeridos para el esfuerzo bélico. Sin embargo, surgieron algunas innovaciones técnicas importantes, como la cuerda de nailon y los mosquetones de aluminio.
Otro avance importante fueron los clavos de aleación inventados por John Salathe, el padre de la escalada de grandes paredes en América. John, un herrero por tradición, puso de moda os pitones provenientes de los ejes de coches Ford.
Al contrario que sus antecesores, eran clavos tenaces que podían ser recuperados y reutilizados. Ahora se necesitaban pocos pitones para una gran vía y el nivel de éxitos aumento. En 1947, Salathe protagonizo el primer ascenso a «Lost Arrow Chimney» (10 largos, V, 5.10a), en Yosemite, junto a Ax Nelson. América se convirtió en el foco de atención por sus magníficos artesanos e idílicas paredes bañadas por el sol.
Las bases del material se habían establecido. Cada vez, el nivel de la escalada de grandes paredes iba emparejado con la mejora e innovación del material disponible.
Material más ligero y clavos de mayor durabilidad fueron avances cruciales, pero únicamente el anuncio de lo que llegaría. Los clavos cromados estuvieron disponibles para el público, así como los mosquetones de aluminio perfeccionados. Paredes que parecían inescalables, ahora estaban dentro del alcance de los escaladores.
California la meca del Big Wall en los 50
El tiempo estable y la magnifica roca de Yosemite, convirtió a este valle californiano en la Meca de la escalada de grandes paredes. Un pequeño grupo de entregados escaladores y de corazón duro, los «Californians», sentaron las bases del arte de la escalada de una gran pared. El premio fue «Regular Northwest Face» (VI, 5.9, A2) en el Half Dome.
Sus conquistadores fueron Royal Robbins y compañía. El siguiente asedio fue establecido en «The Nose» (VI, 5.11, A2), en el Capitán por Warren Harding. A diferencia de la técnica rápida y autosuficiente de Robbins, Harding apostó por el estilo expedicionario. Cuerdas fijas en gran parte del recorrido ayudaban a los escaladores mientras trataban de encajar las piezas de este gran puzzle. Las anchas fisuras de «The Nose» se presentaron como un problema inusual hasta entonces.
Cortaban las patas de las estufas para rellenar los boquetes, creando el precedente del calvo Bong. Interminables largos sin apenas agarres, eran superados con gran cantidad de buriles de expansión. Tres años mas tarde, El Cap fue escalado. La ascensión combino tecnología y determinación, para superar lo que muchos consideraban imposible de escalar.
Aunque Robbins marco la pauta del estilo, con un ascenso continuado y un mínimo de buriles, la escalada de grandes paredes era todavía una tarea formidable. Se necesitaba un sistema para izar las pesadas cargas de agua, material y comida.
El equipo era todavía primitivo, precisándose un mayor abanico de posibilidades para enfrentarse al gran numero de dificultades que surgían. El asedio para superar obstáculos. Sin embargo, las innovaciones en el equipo fueron llegando durantes esta era. Al igual que las patas de estufa aparecieron para las fisuras anchas, el knifeblade (hoja de cuchillo) fue desarrollado por Chuck Wilts para penetrar en las fisuras estrechas.
Los 60 la epoca dorada de la escalada por grandes paredes
Esta fue la Época Dorada de la escalada de grandes paredes. Fueron los tiempos en los que la necesidad se convirtió en la madre de las innovaciones. Tom Frost tardo poco en inventar el Rurp, para detener el maligno uso del burilador, a comienzos de los 60. Estos «Realized Ultimate Reality Pitons», podían ser colocados en las fisuras mas estrechas y agrietadas, donde otra clase de clavos funcionaban mal.
De la misma manera, la escasez de terrazas y superficies donde vivaquear, provocaron el desarrollo de una cadena de ingeniosos accesorios que aumentaban la comodidad, cuando se estaba colgado en la pared. La Guindola de reunión y la hamaca de red fueron rápidamente aceptadas. Royal Robbins, después de una productiva visita a Europa, resolvió el dilema de cómo izar la carga. Usaba él ultimo invento suizo, el bloqueador Jumar, de una forma muy particular.
Utilizando el peso corporal en combinación con una polea, el Jumar podía soportar el peso de petates sobrecargados. Para mediados de los 60, la tecnología casi había hecho olvidar la técnica tipo expedición. «North America Wall» (VI 5.8 A4), y poco después «Muir Wall» (VI 5.9 A4) permanecieron como testimonio de un estilo elegante.
A finales de los 60, el gancho y el material especifico para agujeros rápidos y superficiales hicieron su aparición. Ambos pronto se convirtieron en material estándar para grandes paredes.
Unos clavos de ángulo de hierro dulce doblados, hicieron las veces de primitivas uñas. Una varilla de aluminio de 6mm, con forma de seta en su extremo, puesta en agujeros previamente taladrados, se convirtió en lo que fue llamado como Dowel.
El dowel solo aguantaba peso corporal, por lo que no soportaría una caída. En un primer intento en «Dawn Wall» (VI 5.9 A4) se experimento por vez primera con este mecanismo, en una vía larga. Durante este periodo el simple petate donde se trasportaba todo el equipaje, paso de ser un rudimentario saco militar a un baúl de alta tecnología.
Los 70 la década en que se popularizó el BIGWALL
Esta década fue testimonio de una intensa actividad en las grandes paredes de todo el mundo, así como de una impresionante evolución del equipo de grades paredes. La técnica de gran pared y su tecnología empezaban a cambiar la forma de escalada en las remotas y monstruosas montañas. Escaladores europeos y americanos se entrenaban en las paredes de Yosemite para después intentar objetivos en Alaska, Patagonia y la isla de Baffin.
Subir las paredes de Yosemite ya no era lo mismo. Después de haber escalado la mayoría de los sistemas de fisuras, la atención se fijo en enlazar series discontinuas de fisuras y repisas, gancheando y taladrando pequeños agujeros.
Buriles de acero muy duro introducidos en estos pequeños agujeros, pronto reemplazaron los inseguros remaches de aluminio. Warren Harding invento la uña B.A.T. ( Basically Absurd Technology), que se colocaba en el borde de una agujero hecho con un ramplus.
Los escaladores ahora taladraban su propio camino hacia la cumbre a base de agujerear la pared, por lo que empezaron a ser duramente criticados. Este fue el caso de Warren Harding en «Wall of Early Morming Light» (VI 5.10 A4). Le llevo 28 días, siendo una vía, en la que deslumbraban tanto las innovaciones técnicas aportadas, como la originalidad del trazado del itinerario. Sin embargo, una gran mayoría pensaba que se habían puesto demasiados buriles, así que Royal Robbins quito muchos en la segunda ascensión. Pero a medida que Robbins incrementaba el nivel, encontraba que la escalada se enfrentaba a retos que la embellecían, desechando la vertiente destructiva.
Y así surgió la controversia de la ética cuando se escala; controversia que aun continua.
Diversos ganchos manufacturados en acero al cromo -molibdeno, ya estaban disponibles. Yvon Chuinard, una vez mas abrió el camino. Chouinard, el innovador perpetuo, comenzó la revolución en cuestión de empotradores a principios de los 70. Cuñas de aluminio conocidas como «Stoppers» y Hexentric» fueron creadas específicamente para la problemática de Yosemite.
Esto corto la dinámica de estropear la roca debido al continuo mete y saca de los clavos. Toda una serie de tamaños y formas empezaron a competir en el mercado, incluyendo los increíbles Crack´n´up, para las fisuras más diminutas. El nuevo reto era escalar «Limpio» o «Sin maza», y muchas vías fueron hechas únicamente con empotradores. Justo después del empotrador de aluminio, llego un dispositivo muy simple de la mano de Bill Forrest, el «copperhead» (cabeza de cobre). Esto revoluciono la escalada artificial de dificultad mas que ningún otro mecanismo desde el clavo. Eliminaba virtualmente el oficio del pitonaje poco profundo de dificultad.
A mediados de los 70 hubo un salto cuantitativo con la llegada de los dispositivos mecánicos. Apadrinados por Greg Lowe, y estos pequeños y polifacéticos compañeros se lo comieron todo en toda clase de territorios: desde fisuras de manos desplomadas hasta las mayores lajas expanding.
El empotrador deslizante, aunque de viejo concepto, fue adaptado de forma funcional a los tiempos actuales. Este «Slider» podía ser utilizado en fisuras estrechas aunque carecía de la seguridad que aportaban las levas opuestas de lo Friends.
La plataforma plegable de Mike Graham (también conocida como «Cliff Dwelling» – Vivienda colgante), hizo posible obtener noches de descanso más razonables. Esto ayudo a que los escaladores pudieran mantenerse motivados y en buenas condiciones a lo largo de vías de extrema dificultad, allá donde no hubiera terrazas naturales. Al añadirse un doble techo, la seguridad se emparejo con placeres impensables hasta esos momentos.
Parecía que él «El Escalador de Grandes Paredes» se estaba convirtiendo en un auto – indulgente divo, olvidando esas generaciones precedentes tan espartanas. En algunos casos esto era cierto, pero en otros se aprovechaban estas mejoras tecnológicas para trasladarlas a las más duras condiciones de grandes montañas. Patagonia, Pakistán, la isla de Baffin y Alaska, paredes que antes lindaban con la locura, ahora entraban dentro de lo posible. El abanico se cerraba en torno a vías en Fitz Roy, Cerro Torre, Torres del Trango, Uli Biaho, Asgard y Monte Thor.
Los 80 vuelven las innovaciones técnicas
¿Qué mas crees que puede ser añadido a este bien surtido panorama?. No mucho, pero el hombre, como la naturaleza, aborrece estancarse, y unos pocos matices ingeniosos se filtraron entre las crecientes masas especializadas en el arte del artificial extremo. Las innovaciones técnicas estaban en la línea de aumentar o disminuir el tamaño de lo ya existente.
Así surgieron dispositivos de levas mas pequeños (los T.C.U. «Triple Cam Units»), que encontraron bastante aceptación, así como otros dispositivos, también de levas, mucho mayores. Un cacharro de estructura tubular con un muelle autoblocante, el «Big Bro», pensado para toda clase de chimeneas y de grietas gigantes, convirtió estos obstáculos en meros paseos para aquellos escasamente dotados para la escalada libre.
Otras herramientas de aparición reciente y bastante eficaces: el «Bird Beak», de A5 Adventures. Combina las funciones del pitón y de las uñas; un tipo de empotrador deslizante tambien de A5, llamado «Monkey Paw» (pata de mono), aparece también por esta época. Puede ser el mas conocido dentro de su grupo. Dos artilugios introducidos por Yates: un cordino regulable para bloqueadores y una cinta que absorbe el impacto en seguros de artificial inestables.
Las grandes paredes vírgenes empezaron a escasear en las áreas frecuentadas y las nuevas vías abiertas brillaban por su ausencia. Dichos itinerarios empezaron a cruzarse y a utilizar tramos de otras ya existentes. La aventura se traslada a paredes remotas. Se hicieron significativas escaladas en las Torres Baltoro de Pakistán, en las gigantescas paredes de la isla de Baffin, en las montañas de la India y en las tormentosas torres de la Patagonia.
El Big Wall en la actualidad
Te lo resumimos, mira el video
Fuente: Jim Bridwell
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Escalada Big Wall
Summary
Un repaso por las diferentes innovaciones en el equipo y la escalda de grandes paredes a lo largo de la historia