Barranquismo: Info

historia del barranquismo

Hablar sobre el barranquismo en España es una tarea un tanto difícil, dado que la bibliografía que existe sobre este tema es casi nula o de difícil acceso.

Muchos de los relatos sobre primeras aperturas se publicaban en memorias o boletines internos, por lo que su difusión llegaba a unos pocos; o bien se recopilaban en libros de habla francesa, debido a que muchos de los primeros exploradores provenían del país vecino.

La labor de recopilar todo lo editado sobre este tema constituye un gran reto que conlleva una ardua búsqueda y el empleo de muchísimo tiempo. Con todo lo que he podido conseguir, que es bastante poco y además esta al alcance de cualquiera, intentaré hacer en la manera de lo posible, un pequeño esbozo sobre todo lo acaecido desde el supuesto comienzo hasta nuestros días.

Recopilación y curación de contenidos sobre barranquismo

Más bien será una fusión de varios resúmenes históricos de algunos libros, ampliados con algunos apuntes puntuales dispersos en varias publicaciones, pero llevado a todo el ámbito nacional. Os pido disculpas anticipadamente por lo correoso del texto, lleno de nombres y fechas, pero creo que es de interés recopilarlos.

Tras la lectura del libro Monte Perdido – Historias y mitos del gigante pirenaico de Alberto Martínez Embid, pensé que el interés por los barrancos pudo “empezar” de una manera muy indirecta.

Nos tenemos que remontar unos siglos atrás cuando la curiosidad por la naturaleza y en especial por las montañas, estalló en las clases aristocráticas francesas, alemanas e inglesas allá por el año 1761 con la publicación del libro Julie ou la Nouvelle Héloïse.

Su escritor el suizo Jean-Jacques Rousseau, evocando al romanticismo, fue el precursor primigenio de lo que entendemos hoy como montañismo. El “movimiento-moda” que sin querer creo este filosofo, se concentro sobre todo en los Alpes pero rápidamente se extendió hacia los Pirineos. Estas hordas de acomodados realizaron las primeras excursiones montañeras buscando la libertad, serenar el alma y el espíritu.

A finales del siglo XVIII ya era patente el interés naturalista y de exploración en las montañas. En el Pirineo se concentro en su vertiente norte, donde en sitios como Gavarnie, y en concreto en el macizo calcáreo de Monte Perdido tuvo una gran fuerza. Lógicamente el interés científico sobresalió, sobre todo en lo referente a la cartografía. Muchos exploradores-cartógrafos se adentraron en los territorios de la alta montaña para realizar sus trabajos siendo pioneros en el conocimiento de estas zonas.

Del Pirineismo al barranquismo

Sin duda alguna la figura de Louis-Francois-Elisabeth Ramond de Carbonnières como padre del pirineismo no ofrece discusión, su conquista del Monte Perdido en 1802 fue importante no solo desde el punto de vista montañero; desde su cumbre quedo prendado por las profundas entalladuras del valle del río Arazas, ya en tierras españolas, pero al igual que otros tantos personajes solo constataron estas manifestaciones naturales sin llegar a explorar sus misteriosos fondos.

Todo lo acaecido anteriormente fue repercutiendo en el espíritu de muchos hombres que dispusieron su vida para la exploración, contemplación y divulgación de los fenómenos naturales de las montañas pirenaicas.

Tal es el caso del francés Lucien Briet (1860-1921) que se adentro en lugares “inexplorados” documentándolos con numerosas fotografías (algunas de ellas primeros documentos); con la ayuda de las gentes del lugar acometió incursiones en lugares tan significativos para el descenso de cañones como la garganta del Yesa, Miraval, las Gloces, la Garganta de Escuaín, esta última como afirman Fernando Biarge y Enrique Salamero en su libro: Huesca, cañones y barrancos, Tomo 2 Pirineo, “es el corazón indiscutible y principal foco pirenaico de este deporte”.

Como inciso, aclarar de manera obligada e indiscutible que los verdaderos pioneros en la exploración fueron las gentes del lugar, tales como pastores, cazadores, pescadores… que influidos por sus quehaceres cotidianos recorrieron parte de estos lugares tan misteriosos y mágicos.

PIRINEO ARAGONES

Como he mencionado antes, fue en la Garganta de Escuaín donde dio comienzo, de una manera diferente a lo que hoy conocemos, el descenso de cañones en España. Lucien Briet fascinado por lo que se contaba sobre esta garganta, decidió explorarla por su fondo el 21 de Agosto de 1903 quedando prendado por su belleza.

He aquí algunas de sus palabras: “Esta garganta, en efecto, todo y teniendo algún parecido con los valles de Añisclo y Ordesa, que le son vecinos, es totalmente diferente a ellos. En realidad no es una garganta, sino una grieta, una formidable diaclasa abierta en plena montaña y digna de un estudio serio, de un examen muy atento por parte de los que han recorrido los cañones de algunos cauces”.

El trabajo de Briet en el Pirineo sembró la semilla, los franceses B. Clos, J. Piron, A. Galicia, A. Bazalgette, Ph. y J. P. Pontroué fieles a los escritos de Lucien Briet, acometieron allá por los años ochenta muchas de las primeras clásicas de la cuenca del río Yaga, tales como la Garganta del Miraval (1983), Angonés (1984), Consusa inferior (1984), Consusa superior (1985), también en la cuenca del Yesa realizando en 1983 el descenso de la Garganta superior del Yesa, y en la cuenca del río Ara descendiendo las Gloces en 1984.

Aún así, ya en Julio de 1982 fue descendido por un grupo de espeleología español, la Boca del Infierno en Hecho (Huesca) cuyos participantes fueron E. Anía, R. Bitrián, S. Buisán, F. Sanagustín y J. Sarrablo, los cuales emplearon en abrirlo 2 días (hoy día este descenso no lleva más de una hora a hora y media), además documentaron tan admirable logro, ya que lo consiguieron filmar en Súper-8, siendo a mi parecer una de las primeras películas sobre este tema.

Continuando en la década de los ochenta, muchos barrancos se abrieron por primera vez en el Pirineo oscense gracias a grupos espeleológicos catalanes y aragoneses como la Sociedad Aragonesa de Espeleología que centro sus trabajos en los alrededores de Escuaín y macizo de Monte Perdido abriendo el barranco de la Garganta, Yaga Superior, Gurrundúe, Lugar, Trasito, entre los años 1984 y 1988 cuyos participantes enumero a continuación: E. Anía, A. García, J. Gual, F. Ibarra, I. Hoyos, C. Larma, R Larma, J. Martínez, J. M. Navarro y F. Sanagustin.

También la SIE del Centre Excursionista Aliga de Barcelona que trabajo en Añisclo explorando el Capradiza, San Vicenda, Cavalls, realizando también actividad en la cuenca del Cinca descendiendo el Esmorcaz, Fuenblanca, Foz de la Canal, Castiecho, y en la cuenca del Esera realizando el Bilse, Eriste tramo superior, Llisat, Literola, todas estas primeras obtenidas en el periodo 1986-1989 participando J. C. Juderías, J. Pereda, U. Garrido, J. Guarro, A. Batllorí , C. Hernando, X. Vibian, J. Mª. Victoria, V. Monné y S. Rovira.

Es curioso comprobar las peripecias de los primeros aperturistas, como es el caso del relato que nos cuenta Rafael Larma en el libro Manual de Descenso de Barrancos de la Escuela Aragonesa de Montañismo, sobre la conquista del barranco de la Garganta en 1984. R. Larma cuenta como sin querer, yendo a localizar la sima B-15 en Escuaín, topan con el barranco.

Ya se oía que se estaban empezando a descender barrancos en los Pirineos, por lo tanto era una oportunidad única, así que ataviados con la vestimenta y cargados con toda la ferralla espeleológica y además con el equipo de vivac, decidieron embaucarse en tan excitante aventura. Convencidos por su técnica espeleológica pensaron que el descenso iba a ser coser y cantar, pero nada más allá de la realidad; lo engorroso del material que llevaban, badinas con agua (algunas de ellas tuvieron que sortearlas montando tirolinas para no mojar los sacos, comida,…), destrepes y demás avatares provocaron que se les echara la noche, con el consiguiente vivac, que por lo que comenta R. Larma no fue muy cómodo.

Al día siguiente reemprendieron el descenso comprobando que cada vez el barranco iba tomando más verticalidad. Cuando llegaron al rápel final solo poseían 2 spits, además este rápel parecía largo y un extraplomo les impedía ver el final. La incertidumbre corría por sus mentes, pensando si las cuerdas llegarían en doble. Todo esto aderezado con lo que dice R. Larma con sus propias palabras: “…Lo más divertido es que nadie sabía que estábamos allí, puesto que nuestra meta era la sima B-15. Así que ya empezábamos a hacernos a la idea de que si no éramos capaces de pisar el suelo por nuestros propios medios, tendríamos que estar colgados en aquel rellano unas cuantas horas… o días…”.

Decidieron rapelar en simple. Hacia la mitad del salto encontraron una repisa con bojes que les ayudó a fraccionar la cascada y a descender en doble. Al final todo salió bien, fue sin duda una gran aventura.

Entre los años 1987 y 1989 gracias a L. M. Mateos, F. Santesteban y F. Bringas, van sumándose más primeras, como el barranco Jardín o Zapirontxo y el barranco de Aguaré o Añaza. A L. M. Mateos y F. Bringas se les unió J. Puga, J. Lamas, M. Uriarte y I. Gómez que trabajaron la zona del valle de Ordesa abriendo el barranco Hydra (1987, Ordesa Superior, su final se encuentra en la famosa Cola de Caballo), Aqualung o Arazas (1989, Ordesa zona intermedia, entre las gradas de Soaso y el mirador de la Cascada de la Cueva), Aqualung plus o Arazas (1989, continuación del Aqualung), barranco del Arazas (1988, Ordesa – Puente de los Navarros) y barranco del Ara o el Trasto (1988). Hoy en día, algunos de estos barrancos esta prohibido descenderlos debido a su ubicación dentro del Parque Nacional de Ordesa.

El final de la década de los ochenta y ya tocando 1990, siguió dando frutos; gente como E. Salamero, F. Biarge, H. Biarge, D. Ascaso, R. Bitrián, R. Larma, F. Bescós y algunos colaboradores más, contribuyeron con barrancos como la Garganta del Gallego-Escarrilla (1987), Rutaviesas (1989), Cebollar- Salto de Carpín (1989), Furco (1989), Forcallo (1989), Aigüeta de Barbaruens (1989), Gallinés (1990), Betosa (1990), Losera (1990), Escarra (1990), Trasito Inferior (1991), etc.

Los noventa consolidaron más esta actividad que poco a poco se fue dando más a conocer, no solo en los ambientes espeleológicos (ya de por sí pioneros en esta disciplina) sino montañeros, lo cual engrosó él numero de participantes cuya demanda de nuevos descensos era patente.

Aparecieron grupos como el encabezado por E. Gómez y M. Soro que trabajaron la cuenca del Esera acaparando los primeros descensos del barranco Tuca del Mont (1990), Rayero (1992), Aigüeta de Eriste tramo inferior zona II (1992), Sahún (1992), Chico (1993).

Reaparece A. Batllorí que junto a F. Pelegrín abren el barranco de La Sirpión (1994) y el Salcorz (1994) en la cuenca del Cinca, uniéndoseles en ocasiones A. Ballart, M. Juan, J. Martínez, S. Rovira, F. Sariñena y A. Vilchez que explorando la cuenca del Esera consiguieron como resultado el barranco superior del Literola (1990), Aigüeta de Eriste tramo inferior zona I (1991), Trigas (1992), Torrente Espiantosa (1992), Aigüeta del Vall (1992), Canal de Chuise (1993); siguieron trabajándoselo en la cuenca del Noguera-Ribagorzana acaparando el barranco de la Sallent- Salt de Llebriqueto (1990), Erta (1991), Llauset (1992) y Cascadas de Salvassa (1993). L. M. Mateos vuelve a la carga junto a I. Goikoetxea y J. García abriendo en el año 1993 el Estibiellas, Epifanio y Musales.

También es digna de mencionar la labor desempeñada por el francés Patrick Gimat y colaboradores (en alguna de las primeras aparece J.P. Pontroué) que entre los años 1992 al 1994 abrieron 22 barrancos de los cuales cabe destacar el barranco de Espuena, Gallinés tramo superior, Pegueras, Irués tramo inferior,…

En la actualidad la exploración en los Pirineos aragoneses, en cuanto a descenso de cañones se refiere, parece que ha tocado fondo, pueden aparecer y aparecen algunas nuevas aperturas, pero ya de pequeños torrentes sin mucha relevancia, aunque son bienvenidos por todos aquellos que disfrutamos con este deporte.

SIERRA DE GUARA

La Sierra de Guara constituye uno de los lugares más singulares de la Geografía española, un paisaje único, de enorme belleza que alberga profundos cañones y barrancos. Sin duda alguna, es la cuna del descenso de barrancos en España.

Nuevamente nuestros vecinos franceses exploraron y divulgaron tan particulares parajes; personajes como Lequeutre y Henri Passet visitaron el cañón del Mascún en 1871 quedando prendados por su espectacularidad. Después el conde de Saint- Saud y Albert Tissandien, en una breve estancia, lo visitan en 1881. Pero desde luego el hombre que desarrollo una exploración más exhaustiva e importante en Guara, fue otra vez nuestro ya conocido Lucien Briet.

Antes quiero constatar que existen referencias españolas escritas sobre estos lugares gracias a Pascual Madoz y a Lucas Mallada. Madoz en su Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España (1845-1850) ya habla del río Vero, del Alcanadre,… de localidades tan conocidas como Alquezar, Otín, Rodellar… e incluso diserta sobre los orígenes de las aguas que manan de la surgencia del Mascún. Por otro lado Mallada en su Descripción Física y Geológica de Huesca de 1878, nos relata su subida al Tozal de Guara, su andar por los altos precipicios que dan al río Vero, su incursión en el Barrasil, e incluso nos habla sobre la primera toma de contacto con la Cueva de Solencio de Bastaras.

Volvamos con Briet. Este ilustre explorador, desarrollo varias campañas por estas sierras allá por los años 1904, 1906, 1907 y 1908 dejando constancia, escrita y fotográficamente (ya que fue autor de las primeras fotos sobre Guara), de numerosos aspectos, tanto humanos como paisajísticos de estas extraordinarias tierras. Visitó sitios tan conocidos por nosotros como el Flúmen, Gorgas Negras, Peonera, Vero, Mascún, etc.

Después de Briet hubo un parón temporal de casi cincuenta años hasta que surgieron nuevos exploradores. Lógicamente fueron equipos franceses los que retomaron otra vez las riendas de la exploración.

Fue a partir de 1950 cuando aparecen en escena el Dr. Paul Minvielle y su hijo Pierre que junto a grupos espeleológicos franceses y algunos amigos, consiguieron aventurarse por los fondos de los barrancos de Guara culminándolos de una manera diferente a la que conocemos, realizando su ascenso, para lo cual empleaban técnicas de espeleología.

De esta manera se consiguen los primeros ascensos del Mascún superior en 1956, de la Garganta de Balcés también en 1956, del Río Vero en 1966(y su descenso en 1967), del barranco la Choca en 1967, del barranco de la Virgen en 1968…

Uno de los primeros barrancos en ser descendido en Guara, fue la Canal del Palomo en la zona de Vadiello. Esta actividad se realizó un 29 de Agosto de 1954. Sus autores, miembros de la Sociedad Peña Guara, fueron E. Cabrero, M. Estaún, A. López, A. Lorés, E. Pera y M. Plaza; al poco de descenderlo volvieron y lo equiparon totalmente con barras de hierro.

Un total de 240 clavijas y cinco grapas dan forma a este itinerario cuya conclusión facilitaría la ascensión de la canal. Por este motivo, en otros tiempos fue muy frecuentado por montañeros de Huesca que ascendían la canal para después descender por las cornisas de su margen izquierda.

Hoy día, su descenso es inviable ya que la normativa sobre el descenso de barrancos en el Parque de la Sierra y Cañones de Guara, permite solo su ascenso por las clavijas con la condición de no entrar en las pozas por motivos de protección de la fauna existente.

En los setenta ya se empieza a pensar en lo que verdaderamente es el descenso de barrancos, el concepto tal y como lo entendemos hoy, descender en sentido de la corriente.

Aparecen por fin en escena algunos grupos españoles que junto con otros franceses, van sumando primeras como el descenso integral del cañón San Martín de la Val de Onsera en 1971 por el Grupo de Investigaciones Espeleológicas “Peña Guara” de Huesca; el cañón del Formiga en 1971 por A. Castán, M. Escribano, R. Fernández, C. Goñi, A. Palacín, T. Palacín, T. Ramón, A. Santolaria, y C. Valero; el Gorgas Negras en 1973 por E. Cajal, A. Mancho, A Nogués, F. Nogués y I. Pascual; primer descenso de los Oscuros de Otín en el Mascún Superior en 1973 por T. Henry-Labordere y J. Michaud; primer descenso integral del Mascún en 1974 por J. Bellosta, A. Castán, M. Escribano, C. Goñi, M. Llerda y T. Ramón; los Oscuros del Balcés en 1976 por G.I.E. “Peña Guara”; el Balces Superior en 1976 por A. Castán, I. Costas, M. Escribano, C. Goñi, A. Palacín y A. Santolaria; el barranco Viña en 1976 por Ch. Abadie y A. Santolaria.

Tras la euforia de descubrimiento de los cauces importantes, los años ochenta dieron paso a la exploración de los barrancos secundarios y afluentes. Es en esta última tendencia donde trabajó Christian Abadie que junto a colaboradores franceses y españoles dieron luz a barrancos como el de San Martín (1981), las Tablas (1981), Otin (1982) y el Gorgonchón (1983). Además Ch. Abadie exploró a fondo la cuenca del río Isuala, abriendo casi todos los afluentes de la margen derecha como el barranco Estrecho (1987), Fondo (1987), Juncar (1987), Torla (1987), Fontaneta (1988), Alborceral (1988) y Rincón de las Figueras (1989) (de todos los afluentes, le quedó por abrir el conocido Cueva Cabrito que fue descendido por primera vez, por J. P. Lucot y R. Quintilla en 1987); incluso inauguró uno de la margen izquierda, consiguió descender la zona inferior del barranco Cautiecho o Capillas en 1980 (se dice y doy fe, que el último rápel de este barranco es uno de los más bonitos de toda la Sierra de Guara).

A la par, un grupo español compuesto por J. Albás, F. Biarge, H. Biarge, R. Bitrián, J. Mª. Fácil, E. Salamero, A. Santolaria y algunos amigos más, sacan partido al año 1989 descubriendo las gorgas de San Julián, barranco de San Chinés, Lazas, Escomentúe, Chimiachas, del Río-Abizanda, Lapenilla, zona superior del Cautiecho o Capillas…

El último cauce principal que quedaba sin resolver seguía latente en los ochenta, se trata del Flúmen. Es en el año 1982, y tras varios intentos fallidos condicionados por el caudal, cuando el G.I.E. “Peña Guara” logra descender las Palomeras del Flúmen. Se trata de una garganta corta de unos 150 metros de longitud, con pocos rapeles que no exceden de los 8 metros, pero la fuerza del agua aderezada con estrechos pasos y algunos remolinos lo hacen técnicamente complicado.

A principios de los noventa se siguen obteniendo nuevos descensos, como por ejemplo en la zona de Vadiello donde se abren el barranco de la Canaleta, Cuevas de la Reina y Huevo, gracias a F. Biarge, R. Bitrián, J. Michelena y E. Salamero.

Haciendo un inciso, es importante decir que en 1993 la Federación Aragonesa de Montañismo crea un Comité de Barrancos, siendo la primera federación de montaña española en hacerlo. Evidentemente siendo Aragón cuna del barranquismo y gracias a su potencial en descensos, es lógico pensar en una entidad que vele por todo lo relacionado con los barrancos.

Sus labores son muchas e interesantes: han elaborado un índice de barrancos de la Comunidad Aragonesa; han colaborado en el Fichero Internacional junto a franceses e italianos; crearon la Comisión Permanente de Reequipamientos en Barrancos, a nivel docente enseñan todo lo relacionado con este deporte siendo parte activa de la Escuela Aragonesa de Montañismo; mantienen contacto con escuelas, comisiones o federaciones relacionadas con el descenso de cañones en todo el mundo; publican un boletín interno, recopilan toda la bibliografía relacionada…, sin duda un buen trabajo.

A medida que nos acercábamos al año 2000, Guara iba entregando todos sus secretos, parecía que todo estaba ya explorado. Pero fue curioso comprobar que todavía quedaba algo por descubrir en estas sierras. Enrique Salamero observó con interés la margen izquierda del barranco del Mascún y pensó en un posible descenso.

Pidió consejo a unos amigos en cuanto a la viabilidad de tan descabellada idea, pero no lo vieron claro. De todas formas, su idea tomó fuerza al ver una pared lavada cerca de los Oscuros de Otin en el Mascún. Pensó que podría ser una cascada que funcionaría en época de fuertes lluvias. Llevado por su intuición, decide ponerse en marcha. Acompañado por José Antonio Cuchí, Franck y Vicent Dugravier, un 29 de Septiembre de 1996, inauguran el barranco d´os Cochás, saliendo justo donde Salamero pensó.

Sirva a modo de ejemplo, de tan grata experiencia, parte del relato que escribió José Antonio Cuchí en el Manual de Descenso de Barrancos de la Escuela Aragonesa de Montañismo: “… Tras varios gritos, más o menos esperanzadores, escuchamos el ruido del martillo hincando un par de spits. En su momento comenzamos a bajar. Me tocó el último y tras rapelar un buen rato me encontré a los compañeros abarrotando una pequeña repisa a la que se accedía en péndulo. Colgados de ella, recuperamos las cuerdas e instalamos el siguiente descenso. Una vez más Enrique se lanzó a lo desconocido, dejándome con una familiar sensación de incertidumbre en la garganta. Sus alegres gritos, minutos más tarde, confirmaron la apertura del barranco, justo donde él pensaba que saldría,…”

El 6 de Octubre de 1996 vuelve a la carga E. Salamero junto a J. A. Cuchí y M. Avellanas, consiguiendo la primera del barranco d´os Fornazos, también en la margen izquierda del Mascún.

En 1997 se realizaron las últimas aperturas que vinieron de la mano de Eduardo Gómez y Xavi Vidal. Abrieron varios afluentes de la Peonera, como los Tisidores, Loma de Güega y San Juan, y algunos del barranco Lumos como el Viñamatriz y el Medio. En realidad son descensos, como dicen sus autores, para coleccionistas, formas diferentes de combinar con los grandes.

El tiempo glorioso de las exploraciones ha acabado en la Sierra de Guara, pero eso no quiere decir nada, sus bellezas ocultas despertarán siempre interés en los que nos aventuramos por ellas. Lo lógico es redescubrir, es igual de gratificante.

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Las nuevas zonas de espansión del barranquismo

Actualmente el descenso de cañones se ha hecho extensible a toda España. Se buscaron nuevas zonas con posible potencial cañonero. Los aperturistas investigaron, recorrieron y encontraron. Muchos nuevos descensos aparecieron, engrosando así los índices de las nuevas guías y revistas, contribuyendo aún más a la divulgación de esta disciplina.

BALEARES

Al margen de lo dicho anteriormente, un hecho significativo es de destacar. En una fecha afín a los primeros descensos en los Pirineos y Guara, se desarrollo en mi opinión, una de las más épicas hazañas en cuanto a exploración de barrancos en España se refiere, el descenso del Torrent del Gorg Blau i Sa Fosca en la isla de Mallorca.

Fue un 24 y 25 de Julio de 1965 cuando el grupo formado por Bernadí Morell, Matías Oliver y Tomás Suárez se aventuró en tan ardua empresa. La Fosca es un tramo  del Torrent del Gorg Blau que se encuentra en la más absoluta oscuridad. Con una longitud aproximada de 400 metros forma una profunda entalladura de alrededor de 300m de altura, por lo que suponía un gran reto a batir.

Se conocían los puntos de entrada y de salida pero se desconocía su recorrido interior. Inquietaba la imposibilidad de abandonar, lo difícil de un supuesto rescate y la posibilidad de encontrarse con sifones infranqueables. Grupos de espeleólogos explorarían las partes superiores intentando buscar vías de acceso más cortas para poder internarse. Aún así nuestros intrépidos protagonistas se lanzarían a lo desconocido. El 24 Julio de 1965 al amanecer, comenzaron entrando por la central eléctrica de Turixant de Baix, al Gorg Blau.

A todo esto, no comentaron a nadie su temeraria actividad. Como único material de progresión llevaban 2 botes neumáticos, una cuerda de 40 metros, 4 clavos, 2 linternas y comida para un día.

El recorrido por el barranco al principio, no ofrecía grandes dificultades pero más adelante se encontraron con serios problemas que complicaban su avance. Por desgracia se les echo la noche y la incertidumbre de no saber cuanto faltaba colmaba su desesperación. Al día siguiente reemprendieron su marcha viendo que cada vez las dificultades tomaban más protagonismo.

Dado el gran número de resaltes que descendieron, su angustia se acentuaba. Llegaron a pensar que estaban en un nivel más bajo que el del mar con la consiguiente posibilidad de encontrarse con el terrorífico sifón.

Al final consiguieron llegar a su desembocadura con el Torrent de Pareis, “acabando” con el mito del Sa Fosca, empleando para ello unas 48 horas. De todas formas, debido a lo traumático del descenso, no sacaron nada en claro de lo que habían visto allí dentro, lo único fiable que podían decir es que no había rápeles superiores a 20 metros ya que la cuerda que llevaban era de 40.

La Fosca siguió atrayendo a más gente. Los descensos se fueron rebajando en cuanto a horario. Sirva de muestra la progresión en estas primeras repeticiones:

– El 25 y 26 de Junio de 1967 J. Checa, B. Llompart y M. Trias logran completarlo en 27 horas.

– El 8 y 9 de Junio de 1968, P. Brunet y J. Xaubet lo logran también en 27 horas pero pernoctando en el interior.

– En Septiembre de 1968, otra vez J. Checa y B. Llompart lo completan en 10 horas.

– El verano de 1969, B. Llompart y M. Marí lo descienden en 8 horas.

– Como colofón a tan grandes gestas, el 30 de Junio de 1979 P. González y J. Sastre, lo remontan.

Hoy en día el Gorg Blau-Sa Fosca constituye sin duda uno de los mejores descensos de España, ya sea por su ambiente, paisaje, y exigibilidad deportiva.

Mallorca dio sus frutos; se empezaron a explorar y abrir barrancos. La gran mayoría fueron descendidos por primera vez por grupos isleños, de los cuales desconozco sus nombres y la fecha en que lo realizaron. Gracias a Eduardo Gómez pudimos tener catalogados los descensos de la isla en dos de sus guías, incluso realizó el primer descenso del tramo superior y recorrido integral del Torrent de S´Esmolar, el 8 de Noviembre de 1994 junto a Jaume Nicolau y Josep Antoni Croix.

CANARIAS

Las islas Canarias también fueron objetivo de los barranquistas. En el periodo comprendido entre 1994 y 1998, el incombustible Eduardo Gómez acompañado en diferentes descensos por Javier Martín, Joaquín Olmo, Pablo Castilla, Fernando Muñoz, Juan Urquiza y otros compañeros más, realizaron numerosas primeras en Tenerife, como por ejemplo el barranco de Poleo, de las Paca´s, Jurado, Sobaquera, Garañones, Correa, Juncos, Roque Largo, etc.

Hay que mencionar que algunos barrancos fueron descendidos por primera vez por colectivos de la isla como es el caso del barranco del Infierno por el Grupo de Montaña Granadilla o el barranco del Río por el Grupo Montañero Tenerife.

Centrémonos en la Gomera. Aquí también llegó la fiebre de los cañones; en Febrero de 1996 Javier Martín, Eduardo Muñoz y otros amigos abren el barranco de Lances, Arure y Lepe. En otra campaña Eduardo Gómez junto a Pedro Ariño y Begoña Gámez abren en Octubre de 1996 el barranco de Argaga, Garañones, Afluente del Cañón de Arure, Agua, Igualero, Erque, Vica y Liria. La gran mayoría son descensos caracterizados por rapeles vertiginosos.

Gran Canaria también ha dado sus frutos, y además no hace mucho. Se abre el Barranco del Palmar en Junio de 1999, cuyos aperturistas fueron Emilio Herrera, Inés Pérez, Antonio Muras y Rubén Ramírez. Este barranco se caracteriza por su horario de descenso, unas 12 horas; su primera integral lo realizan dos de sus aperturistas, Emilio e Inés.

En Junio de 2001, otra vez Emilio Herrera e Inés Pérez junto con Alejandro Rivero abren el Barranco de las Palmas y en Julio del mismo año E. Herrera, Rubén Ramírez y Carlos Arocha, reequipan y abren nuevos saltos en el Barranco de Palo Blanco.

Lo curioso de los descensos canarios, es que se realizan sobre basaltos y lavas volcánicas, dotándoles de otra estética diferente a la que estamos acostumbrados.

GALICIA

De vuelta a la Península, nos situamos ahora en Galicia donde su historia barranquista comienza en el cañón del río Mao (Ourense), abierto en 1990 por GES Club Alpino Manzaneda. Miembros de este Club lo remontaron primero y lo descendieron posteriormente; en esos años y durante algún tiempo el río Mao fue el único barranco en Galicia donde se practicaba este deporte. Ahora la cosa ha cambiado; existen varios descensos repartidos por toda la geografía gallega, es más, se celebra anualmente un Campamento Gallego de Cañones, con lo que se pone de manifiesto el interés de esta zona.

La gran mayoría de los descensos gallegos son en granito, lo cual no les resta interés. Podemos encontrar descensos en la provincia de Lugo como el Ferramulín abierto en 1994 por Grupo Espeleológico Arcoia, Cañón de Fiais abierto en Marzo de 1994 por Jose Riva Estévez, Antonio Ferreiro Vidal y Pablo Rodríguez Losada, el Ferreiriño instalado y topografíado en 1997 también por el G.E. Arcoia, río Muras cuyo año de apertura desconozco aunque la topo que tengo pertenece al E.C. Madruga. También existen algunos en la zona de Mondoñedo aunque solo dispongo de los nombres: el Tronceda y Do Rego da Augalva.

“ Nunca se sabe lo que el azar nos depara y es así como un buen día, en el que nos desplazábamos a la zona de Gerés, en el vecino Portugal, descubríamos desde la carretera que va de Lobios (Ourense) al paso fronterizo galaico-lusitano de Portela de Home, un arroyo que se precipitaba por dos enormes cascadas de agua. Intrigados por lo que parecía ser un posible cañón, localizamos sobre el mapa el nacimiento y recorrido de dicho cañón.

Las perspectivas eran muy favorables. Con todo esto, decidimos reconocer una pequeña parte del itinerario por las márgenes del río, tomando la determinación de instalarlo cuanto antes.”.Así comienza el articulo escrito por Antonio Madrid Martínez, “El arroyo de la Fecha” publicado en el número 6 de la revista Furada, donde se pone de manifiesto que la Fecha se sitúa a la cabeza de los cañones gallegos.

Explorado y equipado entre el 19/06/92 y 27/06/92 por el G.E.M. y A.L. “Val de Neboa” (Monforte-Lugo), se trata de un cañón excavado en granito que salva un desnivel aproximado de 350 m en 1000m de recorrido, consta de 11 rapeles de entre 12 y 35 m, y según sus autores es un descenso en general bastante técnico, ya que la instalación de los rapeles hace que vayas por el centro de las cascadas, además del caudal que habitualmente es bastante considerable.

Siguiendo en la provincia de Ourense, otra vez el G.E.S. Club Alpino Manzaneda abre en Mayo de 1992 el Regueiro dos Muiños, y en Junio del mismo año el Regato do Furado y el Regato das Trabancas. Jesús Manuel Sáez y Jorge Peñalver abren en Julio de 1998 la Gorga do Val da Cenza, caracterizada por una cascada de 66 m. La S.E. Club Montañeiros Celtas (Vigo), explora e instala el Bco. del Cerves y el Bco. da Cortella, siendo las topos de 2001.

Existen descensos en La Coruña y Pontevedra, pero no tengo información fiable, aunque de esta última provincia puedo nombrar al menos uno, el descenso del río Verdugo, descendido en 1991 por miembros de la Sección de Espeleología del Club de Montaña Ferrol en colaboración con el Espeleo Club Madruga.

ASTURIAS

Con Asturias tengo el mismo problema, hay descensos reseñados, pocos, y encima desconozco el nombre de los aperturistas y la fecha del primer descenso. Descensos como las Xanas, río Mosa, Foz de Cobarcil, Cañón del Dobra, Foz de Causacas, Bco. de Llué, Bco. del Rubo, Cañón de Viboli, Bco. del Vallegón, Bco. de Trescares, se encuentran esculpidos en tan bellas tierras. De la Foz de Causacas puedo decir que fue descendido por primera vez, en Agosto de 1993 por miembros del G.E. Gorfolí de Lugo.

CANTABRIA

Ya en Cantabria, nos topamos en la zona de Soba con los barrancos de Argumedo y Anderal, abiertos por miembros de la Agrupación Espeleológica Ramaliega, que como dice uno de sus aperturistas, Juan Carlos González Hierro: “Bueno pues si lo que te esperas son cañones del estilo de la Sierra de Guara, pues te vas a llevar un buen chasco. Pero desde luego estos no te van a defraudar.

No son el típico curso de agua muy encajonado, con saltos, pozas y cascadas. De hecho ni siquiera tendrás que mojarte más arriba de las axilas, pero espera… Prepárate a tirar rápeles y más rápeles. Y a bajar muchos metros…”

También existen algunos descensos como el barranco de Celís abierto por “error”entre Marzo y Abril de 1994, por el Spelo Club Cantabro, ya que se encontraba en su zona de exploración, y buscando cuevas se tropezaron con tan grata sorpresa. En el Alto Asón, otra vez el Spelo Club Cantabro instala, en Mayo de 1997, el barranco del Huerto del Rey que es la salida de la travesía espeleológica Cuevas Sopladoras- Cueva del Agua. Siguiendo en estas tierras podemos nombrar algunos más como el Cañón del Torina , Cañón de Palombera, y en la zona cantabra de Picos de Europa, el Río Frío, Cañón del Cicera, Cañón de Navedo, Corvera (primer descenso efectuado por J.C. Chamaco Acosta y alumnos de la Escuela Taller de Liébana)y el Urdón.

PAIS VASCO Y NAVARRA

El País Vasco y Navarra también nos sorprenden con algunos barrancos, tan gratos como variados, como por ejemplo el Jordán y la Foz de Fago en Navarra, la Leze en Álava, por nombrar algunos de los más conocidos. Gracias a la labor de Luis Mariano Mateos Marcos que con su libro “Cañones del Pirineo Occidental “, nos revelo algunos descensos en estas tierras, lo cual enriqueció más el campo de juego del barranquismo español.

En Junio de 1989 Félix Santesteban desciende por primera vez el barranco de Azpiroz en Navarra. En 1990 Ades de Gernika abren el barranco Sintxita en Bizkaia. En Noviembre de 1991 F. Santesteban y L. M. Mateos equipan las Cascadas de Irusta en Guipúzcoa; este mismo tandem abre en Diciembre de 1991 las Cascadas del Molino en Álava. En Marzo de 1992 L. M. Mateos desciende por primera vez el barranco de Maizi en Guipúzcoa; también en esta misma provincia F. Santesteban, Alberto Mendizábal y Peio Illarregui abren, en Mayo de 1992 el barranco Urla…

Últimamente, han aparecido en escena otros aperturistas en estas tierras como Diego Dulanto y J. Lapresa, aunque me da la impresión de que ya han estado currándoselo antes, digo esto por que allá por Diciembre de 1992 ya abrieron el barranco de Pagomakurre (Río Gorbea). Recientemente estos dos señores han abierto el barranco de la Cuesta del Hoyo (Bizkaia) en Mayo de 2003 y el barranco Saturio (Guipúzcoa) en Junio de 2003, este último acompañados por A. Requero.

CATALUÑA

Los dominios catalanes poseen multitud de cañones repartidos por toda su geografía. Consultando las guías de barrancos de Cataluña, es fácil advertir que un gran número de primeras corresponden al archiconocido Eduardo Gómez.

En un periodo comprendido entre 1990 y 1997 aproximadamente, Eduardo descendió y abrió numerosos barrancos por todas las provincias catalanas; todo este trabajo quedo plasmado en varios de sus libros. Lógicamente en esta tarea contó con la ayuda de mucha gente, como Miquel Soro con el que escribió una de las primeras guías de barrancos de Cataluña “Gorgas y Barrancos de Cataluña”. Debido al gran número de descensos solamente mencionaré algunos, para que os hagáis una pequeña idea.

Empezaré con la provincia de Girona, donde otros conocidos exploradores (léase la primera parte de este articulo en EspeleoMadrid nº 3) como son F. Sariñena, S. Rovira y A. Batllori abren en Marzo de 1990, y tras varios intentos, el técnico e intenso Gorgas de Nuria; más tarde fue reequipado por Eduardo Gómez, A5 y E.C.E. Un año antes miembros del A.E.G. abren el Torrente de la Corva. En Enero de 1993 Eduardo Gómez y M. Soro abren el Salt de la Sallent y en Noviembre de 1997 se abre el Torrent del Ginebrar gracias a Sito Haro, Javier Merencio y Eduardo Gómez.

En la provincia de Barcelona podemos citar las Gorgas de la Muga abierto en Agosto del 91 por M. Rodríguez y Pitu Juiglar, las Cascadas de la Cola de Caballo cuya primera se realizó en Febrero de 1993 por Joaquín Olmo, Jesús Martínez y Eduardo Gómez y el Barranco del Tres en Raya abierto por Xavi Teixidó, Xavi Cullell y Joan Garriga en Julio de 1992.

La provincia de Lleida depara muchos descensos, algunos en la zona pirenaica; varios de estos últimos se nombraron (Salt de Llebriqueto, Erta y Cascadas de Salvassa) en la primera parte de este articulo y aprovecho para rectificar, ya que se metieron como Pirineo Aragonés perteneciendo al Pirineo Leridano.

Siguiendo con Lleida, nombraremos las Gorgas de Gavarra que según las guías se trata del barranco más largo y bonito de Cataluña, cuyo primer descenso se debe al Grup Pontsiacà; fue reequipado gracias a una tienda de montaña situada en Barcelona capital, llamada JOM-BIG-WALL, cuyo propietario Joaquín Olmo junto a Jesús Martínez, Roger Grabieza y Toni Egea, llevaron acabo tan trabajosa empresa. Otro conocido barranco leridano Gorgas de Viu de Llevata fue abierto por miembros de la S.I.E.

En Mayo de 1992 J.C. Juderías y J.M. Sicilia (S.I.E.) abren el barranco de Roi; también gente de la S.I.E. descienden por primera vez el barranco de les Espones en Mayo del 92. Eduardo Gómez, Nil Bohigas, Néstor Bohigas, Joaquín Olmo, Xavier Michelena abren el Torrente de la Canal de les Llebres en Agosto de 1992 y de nuevo M. Soro, E. Gómez junto a N. Bohigas y otros más, abren las Gorgas de las Rasas de la Torroella en Octubre del 92.

Por último Tarragona, donde vuelven a la carga E. Gómez y M. Soro que ayudados por más gente, abren el Bco. de Desferracavalls (1992), primer tramo de las Gorgas de Estrets (1993), primer descenso integral del Bco. de Cova Pintada (1993). El 2º tramo de las Gorgas de Estrets se debe a J. J. Tirón y a J. C. Bel miembros de la U.E.C. de Tortosa, que también colaboraron en la apertura del primer tramo.

Como curiosidad, decir que en uno de los primeros manuales sobre barranquismo que salieron en España (para ser más exacto “Manual de Técnicas de Descenso Deportivo de Cañones y Barrancos” cuyos autores son Eduardo Gómez y Begoña Gámez, publicado en 1995) aparece en la pagina 102 una publicidad sobre el primer club nacional especializado en descenso de cañones, llamado Canyoning Club Punto Limite, ubicado en Barcelona.

También he de decir que en Marzo de 2003, se creó el Comité Catalán de Descenso de Barrancos perteneciente a la Federación de Entidades Excursionistas de Cataluña, donde gente con inquietudes barranquistas trabaja formando comisiones de estudio en diferentes aspectos de esta especialidad deportiva.

ARAGÓN AMPLIACIÓN DE CONTENIDO

En la primera parte de este articulo, centre todo el contenido del texto en el Pirineo Aragonés y en la Sierra de Guara, en pocas palabras, en Huesca. Por ello debo seguir con la pauta de este presente artículo y proseguir con otra de las provincias aragonesas, en este caso con Teruel.

Teruel también existe en cuanto a cañones se refiere. Allá por 1993, ya hay indicios barranquistas en estas tierras. En ese año se abre el Bco. Na Graus por Noemí Cuadras, Xavier Cuadras, Eduardo Gómez y Ernest Noguera.

El Cañón de Peñagalera (clásico de la zona de Beceite y uno de los mejores de Teruel), cuya historia se desconoce, ya es reseñado por primera vez en Marzo de 1993. En Junio de 1994, el Espéleo Club Galtzagorri de Valencia abre el barranco del Alto Mijares, y efectúa junto a la Societat Espeleológica de València, el reequipamiento del Bco. de Amanaderos, el más conocido de los descensos de la Sierra de Javalambre (existe otro reequipamiento en este barranco, cuya realización, en Diciembre de 1994, se debe a F. Muñoz y A. Martínez). Fermín Muñoz abre junto Antonio Martínez el Bco. de la Tejeda (1994). F. Muñoz continúa sus andanzas por la Sierra de Javalambre, y abre, con ayuda de S. Sancho y E. Juderías, el Bco. de Mas de Sorjo; reequipa también, en 1996 el Bco. de los Cocioles y en 1999 el Bco. de las Casas Blancas. Por nombrar algo más reciente, en Noviembre de 2001, J Vallvé, J Antonio, Andi, Tomás y J. Luis, abren y equipan el Salt del Mas de Lluvia, en Beceite.

Es de destacar la labor de Sento el webmaster de la pagina Barrancos de Teruel, por su trabajo recopilatorio de todos los descensos de la provincia con sus descripciones, topos y mapas de acceso, que me han servido y nos servirán de gran ayuda.

CASTILLA-LEON

Varias provincias de Castilla-León han contribuido a ampliar aún más el ámbito barranquista español, como el caso de León que contribuye con barrancos como el Quincoajo,Valdorria, Pincuejo, San Isidro, Brañilin, Mestas, Valgrande… de los cuales desconozco su historia.

Mi sorpresa me la lleve con la provincia de Burgos, cuando en Internet conseguí la información sobre un barranco llamado de Cillaperlata, situado en la Merindad de Cuesta Urría. Se trata de un barranco seco que salva un desnivel de 105 metros en 500 metros de recorrido, cuyo rápel más largo es de 26 metros. Apertura y primer descenso desconocido.

Ávila nos sorprende con sus serranías, campo de juego para montañeros, escaladores y alpinistas, pero el barranquismo pareciera que no tuviera cabida, pues todo lo contrario. Aunque solo son dos los barrancos de los cuales tengo noticia, merece la pena reseñarlos: el barranco de la Nava abierto en Octubre de 1996 por Rafael García, Jerónimo Moreno y Francisco Javier Miñan, excavado en granito, es el desagüe natural de la laguna del mismo nombre; y el otro es el barranco del Enebro descendido por primera vez en Mayo de 1998 por Nacho Hernández, J. Luis Feito, Nazaret Sánchez, Fran García y Nacho Pequeño, situado en los mismísimos Galayos.

MADRID

La Comunidad de Madrid contribuye con un pequeño descenso, denominado Cascadas del Duratón. Realmente se trata de la cabecera de uno de los arroyos que forman el nacimiento del río Duratón. Primer descenso desconocido, reequipado y topografiado en 1997 por el Grupo de Espeleológica SECJA de Alcobendas (Madrid).

Dejaremos el resto de las provincias españolas para una tercera parte, ¡que horror!, y vuelvo a pediros perdón por lo denso, por no decir tostón, que es el artículo. Además querría disculparme por los errores que he podido cometer, incluso por omitir descensos y a sus aperturistas. Estoy intentando hacer solamente un pequeño boceto, no puedo hacer más, sobre todo porque no dispongo de tanta información.

Para acabar, debo morderme la lengua por decir en el número anterior de EspeleoMadrid, que en la actualidad en los Pirineos aragoneses la exploración de cañones ha tocado fondo. Pues todo lo contrario, para mi sorpresa comentar que el 6 de Julio de 2003, se realizó la apertura y primer descenso por parte de Eduardo Sánchez Abella “Capi”, Rafael Carnicer Gasca “Padre” y Pedro David Barón Tundidor “Machard Man”, del barranco de Duascaro, cerca de la localidad de Torla (Huesca). Según sus autores “una verdadera delicia para los amantes de las grandes verticales”.

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